
Lars Magnum Ericsson, huérfano desde los 11 años, hijo de agricultores, se empleó en un fabricante de telégrafos sueco. Fue enviado a Alemania, a ampliar conocimientos en Siemens. Copió descaradamente el teléfono que ahí fabricaban y creó la célebre empresa de telefonía sueca, Ericsson. Enemigo de las patentes, consideraba que eran un freno para el progreso. Cuando su empresa adquirió un volumen de negocio importante vendió todas sus acciones y se fue a vivir a una granja, que mecanizó incorporando avances tecnológicos. Esta granja, actualmente es una casa de cultura conocida como "Subtopía".
Tantos años de innovación y de desarrollo, para ahora disfrutar de docenas de llamadas invitándonos a contratar servicios que ya tenemos, o no necesitamos.
Y con esto acaba la serie friqui dedicada al teléfono. Como todas las series en que hacemos un mismo chiste desde distintos ángulos, acaba con un Bonus Track a todo color...